



El mercado ofrece una gran diversidad de sofás y son justamente los fabricantes de los mismos los que nos aconsejan caminar y analizar cada uno de los modelos, evitando caer en el primero que nos guste o llame la atención; estos muebles de salón deben adaptarse correctamente al cuerpo y al mismo tiempo contar con una estructura duradera; los principios en los cuales debemos acentuar la mirada son básicamente: comodidad, ergonomía y resistencia.
El relleno en los asientos y respaldos debe ser medianamente duro pero no demasiado, si esto ocurre, su duración se reducirá a la mitad; un buen sofá debe tener una estructura consistente y es allí en donde juegan un papel fundamental las patas, correas, armazón y el tejido. Estos muebles de salón deben ser ergonómicos, es decir, deben permitir la correcta colocación de la espalda, brazos y cadera; con respecto a la espalda, señalamos que los riñones deben quedar protegidos por el respaldo.
En cuanto a la cadera, ésta no debe quedar más baja de las rodillas, ya que produciría molestias, los apoyabrazos deben estar a la altura del codo y nunca por debajo; si nuestro sofá cumple con estos requisitos, la compra habrá dado sus frutos.
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